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noviembre 24, 2024

FM SOL SALTA

Emisora de radio – Diario Digital

Tucumán: Ariel vivió un calvario en un control policial de rutina

Ariel Lazarte tiene 26 años y había subido a su auto rural como todos los días para llevar y traer pasajeros desde Gobernador Piedrabuena, departamento de Burruyacu, hasta San Miguel de Tucumán: “Trabajo para la cooperativa Lastenia – Garmendia en la Vieja Terminal. Todos los días me despierto a las 6, tengo dos hijitos, y soy un laburante. Parecía un día más hasta que frente a Rosello (estación de GNC) en la Gobernador del Campo, me paró un control. Ahí empezó mi pesadilla”.

“Se me acercaron dos policías sin identificación. Yo me paro normal como siempre. Me piden los papeles, la VTV, el permiso para circular con pasajeros, el seguro. Tenía todos los papeles, pero los policías insistían en no querer dejarme circular. En un momento dado, se produce el siguiente diálogo entre los policías y yo:

– Hermano, yo tengo todos los papeles.

– ¿Qué te hacés el canchero? Tirate al piso.

– ¿Por qué me esposás?

– Vas en infracción. No tenés seguro.

– Pero si ahí está, en la guantera.

– Arreglemos de otra manera. Dame 3 mil pesos. Somos tres. Encima te hacés el pesao.

– Pero si no tengo nada fuera de regla.

– Callate la boca”.

Luego de este diálogo que le relata Ariel a el medio el tucumano, agrega: “Me empiezan a pegar, me llevan a la Vial y me ponen contra la pared. Me sacan 10 mil pesos del bolsillo. Y me sacan mi celular, no el celular con el que me habían filmado los pasajeros el video que publiqué. Ahí la cosa se pone peor y le pido al policía: 

– Permitime el celular.

– Callate, hijo de puta. Ahora por pícaro te vamos a llevar a la 11 y te vamos a hacer una causa.

El calvario denunciado por Ariel continuó: “Todavía en la Vial, me dice: ‘¿Qué ha pasado chango?’ Me quitan los papeles y los han hecho un bollo. Le digo al policía: ‘Tengo hasta el documento de la perra. Ahí piensa que lo estoy cargando, me mira y me dice: ‘Mirá las pulseras que usás, los anillos… Esta cadenita me va a quedar bien’. Y me la arranca. Pero antes, esposado, con la luz apagada, empezaron a golpearme en las costillas». 

«Y después en la comisaría me dicen: ‘Acá tenemos el celular, mandale un videito a tu mamá. Decile: ‘Estoy bien, hola mami’. Te vamos a llevar al calabozo así te encontrás con los otros preso”. Cuando mi madre lo ve por estado de WhatsApp y Facebook el video de la pasajera es cuando salió desesperada a buscarme. Primero fue a la Vial, después a la comisaría 10ma de la Blas Parera donde le dicen que yo no estaba ahí y que volviera a buscarme a la Vial. Ya en la comisaría 11, veía sus llamadas y este tal Mamaní era el que no me dejaba que atienda ni nada. Lo tiró al celular en la mesa donde estaban por comer y me dejaron contra la pared esposado. Luego entró otro y me dice: ‘Quedate ahi y callate o te reviento la cabeza a piñas ya'».

“Mi mamá me va a buscar a la 11ma. Me sueltan a las cinco y media de la tarde. Nunca he estado preso ni tengo causa ni nada. Soy un laburante más. No me entregaron la plata (10 mil pesos de todo lo recaudado en la semana ni las cadenas y el celular estaba con la pantalla partida. Tengo moretones en todo el cuerpo, las rodillas raspadas. Fui a un caps de acá cerca de Gobernador Piedrabuena, me dijeron que tengo que ir a la Policía Forense y que tengo que pagar una multa de 30 mil pesos para recuperar el auto. Es una pesadilla lo que estoy viviendo. Y no puedo dormir. ¿Quién podría dormir?”