«La gente no se tiene que olvidar» a 23 años del crimen habló el padre de los hermanitos Leguina
«La gente de Salta no se tiene que olvidar» Hoy, el papá los recuerda y los extraña, pero también habla de seguir, y sigue más por sus otros diez hijos, por su esposa y por su fe en Dios. Este mes de mayo se cumplieron 23 años del que quedará en la historia como el crimen más atroz y sangriento en la historia criminal salteña: la desaparición y el brutal asesinato de los hermanitos Melanie y Octavio Leguina, quienes tenían apenas 6 y 9 añitos al momento de su muerte, perpetrada por Marcelo Alejandro Torrico, quizás el más despiadado, cruel y perverso criminal que registre la historia negra de la provincia de Salta. Un crimen que hasta el día de hoy sigue regado de misterio y nebulosa sobre el verdadero móvil de tan aberrante hecho. Aún con el dolor a cuestas por las pérdidas por las que ni siquiera toda una vida alcanzará para curar, Miguel Leguina, padre de Melanie y Octavio, fue entrevistado por el medio local DNI salta para recordar a sus «ángeles» del cielo en lo que no es un aniversario más para esta desgarrada familia.
«Tras la muerte de mis hijos tuvimos que atravesar muchas cosas, serios problemas psicológicos de mis hijos mayores, pero el único psicólogo que tuvo mi familia para sobrellevar esto tan terrible, para mí, para mi esposa y para mis hijos, fue el amor de Dios, cuando llegó Dios a nuestra casa comenzó a cambiar el equilibrio total de nuestros pensamientos para sobrellevar tanto dolor y sufrimiento que pasamos», expresó con entereza el padre de los hermanitos Leguina. Miguel también se refirió al pedido que realizó en 2020 ante la Justicia el asesino de Octavio y Melanie, Marcelo Torrico, solicitando la libertad condicional, tras cumplir las dos terceras partes de su condena, y a cómo cayó esto en el seno de la sufrida y golpeada familia Leguina. «Para mí esto es algo nuevo, porque cuando estuvimos en el juicio confiamos en una condena de por vida, pero lamentablemente no hay condena de por vida. Hoy las leyes no son así, más con los nuevos decretos. En el expediente del asesinato de mis hijos tendría que estar toda la verdad, pero nosotros muchas veces nos preguntamos el por qué de este crimen. Golpeamos muchas puertas», revolvió Miguel las viejas heridas.» Si yo te diría la verdad del por qué de este crimen, lamentablemente yo mañana no estaría hablando con nadie. Me cuido de dar entrevistas muchas veces porque este es un caso muy delicado y hay mucha gente con poder», se despachó Miguel Leguina en el final de la entrevista con Eduardo Lencina.»Esta herida para nosotros no se cerrará hasta el día que cierre los ojos. Todo el barrio Alto La Viña, al cual nosotros fundamos, todas estas tierras que transito están bañadas con la sangre de mis hijos. Agradezco a todos por recordar estas fechas año a año, porque la gente de Salta no se tiene que olvidar de lo que pasó en la provincia hace 23 años», expresó aún con emoción y dolor el padre de los niños asesinados, el caso que marcó un antes y un después en la triste historia criminal argentina.
UN CRIMEN ATROZ
Los cuerpos sin vida de Melani (9) y Octavio (7) Leguina fueron hallados el 10 de mayo de 1998 en la zona de La Silleta. Habían sido atrapados por Marcelo Torrico y Ariel Brandán, quienes los invitaron a subir a un auto VW Gacel amarillo. Las pericias mostraron que los torturaron y la niña fue violada.Casi un año después, aprehendieron a Brandán. Y en marzo de 1999 fue arrestado Torrico. Ese año, en diciembre, ambos fueron condenados a reclusión perpetua y por tiempo indeterminado. Están presos en Villa Las Rosas.
Fuente: DNI Salta